jueves, 10 de enero de 2013

SOMOS DOS EXTRAÑOS


Te extraño, pero no más de lo que ya he extrañado antes.
Te extraño, pero no más de lo que extraño a otros.
Te extraño, pero lo más probable es que tú no lo hagas.
Te extraño, pero cuando no, también me haces daño.
Te extraño, pero estoy mejor sin ti.
Te extraño, pero no confío en tu ir y venir.
Te extraño, pero de día no pesa tu recuerdo como pesa de noche.
Te extraño, pero aprendí a lidiar con mi soledad.
Te extraño, pero lo sé llevar.
Te extraño, pero no tanto como antes.
Te extraño, pero no como lo imaginé.
Te extraño, pero no lo suficiente para regresar.
Te extraño, pero no lo suficiente para volverte a querer.
—Mireya López.

lunes, 31 de diciembre de 2012

DESEOS


Tantos mitos que existen
para hacernos pedir deseos
que aunque sabemos que no pasarán,
perdimos con toda esperanza y libertad.

El problema comienza
cuando cada vez que lo pido,
pienso primero en ti,
en vez de mí.

Si eso significa amar, 
nunca podrás dudar de mi cariño.
—Mireya López.

jueves, 27 de diciembre de 2012

DOS ETERNIDADES


No puedo soportar 
su ausencia.
Necesito olvidarle.
Explícame que todas 
tus sonrisas son mías.
Enséñame a quererte,
a no extrañarte. 
Enséñame a no 
depender de ti.
Hazme entender que
no eres toda 
mi felicidad.
Desmuéstrame cómo
es perderte.
Cuéntame qué se siente
perder a quien quieres.
Convénceme de que 
la vida continúa 
sin ti.
Recuérdame cada noche
que esas afirmaciones
son sólo ideas absurdas.
Y con un beso
prométeme quedarte, 
no para siempre,
pero sí por las dos
primeras eternidades.
—Mireya López.

NO TE VEN


Entonces te miro y sonríes.
Me miras y sonrío.
Nos miramos y sonreímos.
Pareciera que sólo nosotros
entendemos este idioma.
Te miro y te digo todo,
tú también lo haces.
No me atrevo a negar 
lo que dicen mis ojos.
Ellos son sinceros,
expresan lo que sienten,
se dejan llevar por el momento,
te sonríen,
te acarician la mirada, 
los labios,
hasta tu caminar.
Tu sonrisa los inspira.
Se perderían con tal de verte,
se comunican con tus ojos,
dudan, 
no lo creen,
sonríes, 
sonríen.
Te miran por dos segundos
y no logran olvidarte,
nunca lo hacen,
nunca te olvidarán.
No te ven
y te extrañan.
No te ven 
y me culpan.
No te ven
y se derriten en llanto.
No te ven
y te piensan.
No te ven
y suspiran.
No te ven
y me lastiman.
No te ven,
no te ven porque
no estás.
No te ven, 
y quieren verte,
impacientemente
lo repiten cada día.
Mis ojos extrañan
hablar con los tuyos.
Extrañan amarte con la mirada.
Mis ojos te extrañan,
y yo también.
—Mireya López.

INMENSIDAD


No lo soporto más.
Tengo que decirte que te quiero.
Aunque no me creas,
aunque parezca un mentiroso.
Tengo que decirtelo 
porque te recuerdo
y tu ausencia me asfixia
segundo a segundo. 
Pasan días 
y no estás aquí.
No sé cómo haré
cuando entienda que tal vez
no te vuelva a ver.
No quiero que seas recuerdo,
ni ausencia, 
ni nostalgia.
No quiero recordarte
porque eso significaría
que no estás.
Y deseo que estés.
Tengo que decirte que te quiero,
para que después no sea tarde.
Para que sepas que lo dije.
Para que te quede claro.
Para que no lo dudes.
Pero es que nos conocemos
tan poco, casi nada.
Conozco lo que me dice
tu sonrisa, tu mirada.
Deseo escucharlo de tu boca,
compartir tiempo 
en la inmensidad
y en la realidad.
Déjame quererte 
y te demostraré 
que el amor 
no sólo existe en
los cuentos de hadas.
—Mireya López.

NO SOMOS COINCIDENCIA


Llámalo como quieras, 
No somos coincidencia.
Te encontré cuando 
no estaba buscando.
Te quise sin quererlo.
Te necesité sin necesitarlo.
No somos coincidencia.
Te lo puedo asegurar.
Mi sonrisas son tuyas.
Todo tuyas.
Los escalofríos que 
experimento cuando te veo.
No somos coincidencia.
No te quise porque sí.
Te quise porque somos.
Porque no somos.
Porque seremos y no.
Te quise porque 
no somos coincidencia,
y tú lo sabes.
—Mireya López.

CONMIGO


Yo quiero hacer historia contigo.
No quiero cuentos de hadas, 
ni falsas esperanzas.
Quiero vivir oportunidades 
y desilusiones contigo.
No quiero una película
de ciencia ficción, 
deseo amor real.
Te veo recostada en mi hombro
mientras te acaricio el cabello
y te beso la frente.
Te veo sonriendo
porque me quieres 
y deseando que lo nuestro
nunca se acabe.
Te veo siendo feliz conmigo,
y eso es lo que necesito.
Quiero tu felicidad, 
más allá de quererla, la necesito,
porque hacerte feliz, 
me hará feliz a mí.
Veo tu mano enganchada a la mía,
caminando por la calle,
contándonos nuestros días
y riéndonos por nuestros chistes.
Te veo contenta,
te veo sonriente,
te veo, te veo con
alguien que te quiere.
Te veo conmigo.
—Mireya López.